Estoy segura que toda persona, en algún momento de su vida, abre la posibilidad para si misma, de buscar salidas, respuestas y herramientas para lograr una tranquilidad, momentánea o más duradera, que propicie re-encontrarnos y saber quienes somos, cuanto nos queremos, nos valoramos y lo importante que es nuestra existencia.
A continuación les dejo las facetas del método Isha o la “unificación”, que aprendí recientemente. Mediante él he logrado calmar mis ansiedades, dejar de arrastrar el pasado al tiempo presente, ocupándome de él y disfrutándolo. Soltar las preocupaciones para vivir el “aquí y el ahora” atenta a todas sus señales y bendiciones.
He logrado dejar pasar los pensamientos que me atormentan y librarme de los supuestos, de lo que no ha pasado, de la ficción que crea mi mente respecto a lo que “podría pasar”, para lograr descansar y disfrutar de lo que me regala la vida momento a momento, comprendiendo y apreciando la perfección y la unidad de todo.
Si bien, es una experiencia bastante personal con el método, lo bueno de él, es que se pueden lograr resultados a un mes de practicarlo. Lo importante es la constancia para crear el hábito y beber mucha agua cuando se realiza para evitar dolores de cabeza o malestares. Tu mente y tu cuerpo aprenden a descansar y asociarse al presente. Si veo que viene una preocupación, un temor, una inseguridad, lo aplico. Si estoy cansada y mi mente no deja de trabajar, lo aplico para armonizarme y lograr la calma.
Lo bueno de este método es que se puede practicar en cualquier lugar, con los ojos abiertos, cerrados, conduciendo, caminando, etc. Es una especie de meditación consciente, que logra conectarnos con los espacios de luz que tenemos, así como también los seres de amor que somos.
Son 4 facetas que actúan mediante la repetición mental sin cadencia fija. Cada una de las frases que describiré a continuación, se debe repetir por 20 minutos diariamente. Con ello completarás una hora de meditación día a día. Yo me pongo una alarma suave en el teléfono para cambiar de faceta.
Inténtalo, esta será una hora para ti y sólo para ti. Sé generoso contigo y si te interesa, aplícalo.
1. LA PERFECCIÓN DEL AHORA
Centrando toda mi atención en el corazón y trayendo a mi mente, sin esfuerzo y sin cadencia fija, debemos repetir durante 20 minutos la frase:
“Alabanza al amor por este momento en su perfección”
Con ella me pongo en tiempo presente, siendo capaz de calmar mi mente y de disfrutarlo. Si viene un pensamiento o preocupación, lo debo dejar pasar. Esto es un poco difícil al principio, pero luego con la práctica se logrará. Te darás cuenta que está funcionando cuando puedas alejar los pensamientos que te atormentan o te cansan y entiendas el maravilloso significado que devela la perfección del ahora.
2. LA PERFECCIÓN DE LA EXPERIENCIA HUMANA
De manera similar, centrando toda mi atención en el corazón y trayendo a mi mente, sin esfuerzo y sin cadencia fija,
“Gracias al amor por mi experiencia humana en su perfección”
Aquí debes comenzar a entender sobre lo perfectos que han sido todos los momentos de mi vida, sintiendo agradecimiento por ellos. Esas intuiciones vienen y se van, dejando momentos de silencio y dicha entre unas y otras. Algunas veces el silencio es interrumpido por la mente, pero al observarla, se desaparece.
3. LA PERFECCIÓN DE LA CRIATURAS
De manera parecida, centrando toda mi atención en el corazón y trayendo a mi mente, sin esfuerzo y sin cadencia fija,
“Amor me crea en mi perfección”
Aquí debemos comenzar a darnos cuenta de lo perfecto que soy y lo perfectos que somos todos, a pesar de las apariencias que crea la mente. Me percibo como una de las miles de formas que conformamos el mundo, todas ellas igualmente perfectas, a pesar de las diferencias.
Es probable que la mente invasora se aparezca y continúe brindándome intranquilidad, la que simplemente acepto y observo hasta que se diluya.
4. LA UNIDAD DE MATERIA Y ESPÍRITU
Poniendo ahora toda mi atención en el hilo invisible que pasa por mi columna, desde abajo hasta salir por la cabeza, y trayendo a mi mente, sin esfuerzo ni cadencia fija,
“Om unidad”
Comienzo a sentir mi cuerpo humano como un puente entre el universo material que ha venido desde siempre evolucionando y transformándose, y el espacio abierto del ser espiritual que está más allá de las formas y del cual también formo parte.
La intuición me muestra que uno y otro se vuelven a unir de alguna manera, pudiéndome sentir uno con todo. Las palabras, las imágenes y todo lo mental se pierde, siendo por eso imposible comunicar nada diferente a que algo indescriptible lleno de paz y dicha me envuelve.